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Descubren gracias a Google Earth un bosque en Mozambique con especies desconocidas

Descubren gracias a Google Earth un bosque en Mozambique con especies desconocidas
Uno de los pequeños habitantes de este «bosque perdido» / EFE
Una expedición dirigida por un científico británico ha descubierto un “bosque perdido” en la cima de un monte en Mozambique, un verdadero paraíso terrenal hasta ahora ignoto que alberga en su interior nuevas especies animales y vegetales.
El descubrimiento de este territorio, conocido por los nativos del lugar pero que no se encuentra en los mapas, demuestra que “aún quedan cosas por descubrir y documentar en el mundo”, ha declarado el botánico Jonathan Timberlake, líder de la expedición al Monte Mabu mozambiqueño.
El pasado octubre, un equipo internacional de expertos coordinado desde los Jardines Botánicos Kew de Londres se desplazó al Mabu para explorarlo, por primera vez, desde el punto de vista ecológico.
Los científicos se enteraron de la existencia de esa zona boscosa hasta entonces inédita a través de un miembro del equipo, el zoólogo británico Julian Bayliss, quien la localizó por internet. En 2005, Bayliss, que tiene su base en Mozambique, buscaba en Google Earth bosques a cierta altura para integrar en proyectos de conservación cuando se topó, vía satélite, con una masa de vegetación no identificada.
Tras varios viajes de reconocimiento, Bayliss preparó el terreno para que 28 exploradores de seis países africanos y europeos, con Timberlake a la cabeza, se desplazaran al territorio para examinarlo. “Se trata de un bosque de media altitud de unos 60 kilómetros cuadrados, situado entre los 1.000 y los 1.600 metros de altura de la montaña (que tiene unos 1.700 metros)”, ha explicado el jefe de la expedición.
“Hay árboles altos de hoja perenne, muchas lianas, monos, pájaros volando alto, pequeños antílopes, camaleones pigmeos…”, precisó el experto, fascinado por su descubrimiento. El equipo halló en ese bosque al menos tres nuevas especies de mariposa, una de ellas una “cymothoe” marrón y amarilla; una especie inédita de víbora, de la familia de las “atheris”, y una orquídea “polystachya songaniensis” que se pensaba que sólo existía en Malawi.
Los botánicos de Kew Gardens se trajeron 500 muestras de plantas que tardarán varios meses en clasificar y de las que, según dijo Timberlake, “es posible que salgan dos o tres especies nuevas”. El bosque del monte Mabu debe su inadvertida existencia en parte a los efectos del conflicto en la antigua colonia portuguesa.
Un bosque cada vez menos virgenUna guerra civil de 1975 a 1992 destrozó los accesos y aisló esa zona del norte de Mozambique, al tiempo que provocó la marcha de sus pobladores, excepto algunos que optaron por refugiarse en el bosque, donde vivían y cazaban sin alterar su estado natural. Actualmente, los antiguos habitantes están repoblando la zona, y “existe el peligro de que la presión para generar campos de cultivo acabe con la biodiversidad”, advierte Timberlake.
Para evitar la destrucción del entorno, el equipo de Kew, que trabaja en colaboración con el Instituto de Investigación Agrónoma de Mozambique, Birdlife International y la fundación de conservación de la Montaña Mulanji de Malawi, planea publicitar su descubrimiento e involucrar a las autoridades mozambiqueñas.
El botánico británico cree que la solución más viable no es convertir el bosque en un parque natural, sino protegerlo mientras permanece integrado en su entorno. En la base de la montaña, existen plantaciones de té abandonadas que, “si sus dueños acceden, pueden recuperarse para revitalizar la zona con el compromiso de conservar el entorno”.
Para Timberlake, uno de los efectos más importantes del hallazgo, además de confirmar la existencia de un mundo por explorar, es que pone de manifiesto “la importancia de la botánica en los proyectos de conservación”, a menudo marginada en favor del estudio de, por ejemplo, los grandes mamíferos.

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