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Residuo nuclear

Hace 100.000 años comenzó la última glaciación. Hace 30.000 años tuvieron lugar los primeros grabados. Hace 12.000 años terminó el Pleistoceno. Hace 7.000 años se inventó la rueda. Hace 5.000 años comenzó el imperio egipcio. Hace 3.500 años comenzó la civilización Micénica en Grecia. Hace 2.100 años nació Julio Cesar. Hace 60 años un reactor nuclear produjo energía eléctrica por primera vez…

Esta es la Historia que podría haber vivido un residuo nuclear activo antes de extinguirse.

La longevidad de los desechos atómicos es antológica, se cuenta por decenas de miles de años. Los residuos sobrevivirán a civilizaciones completas, agradecidas seguro por el legado de nuestra inmundicia. Perdurarán sobre cambios geomorfológicos, guerras, dictadores, quien sabe si extinciones.

Pienso en el modo de gestionar eternamente estos residuos y se me antoja una labor titánica, que escapa a las capacidades humanas. Encuentro alguna respuesta y muchas más preguntas en el documental que el periodista, y amigo, Raúl Ruiz me recomienda: Into Eternity, una magnífica pieza cinematográfica.

El documental de Mikel Madson, no es ciencia ficción; aunque lo parece. Al noroeste de Helsinki (Finlandia), las excavadoras construyen un enterramiento faraónico para los residuos nucleares, uno que debe recluirlos durante cien mil años. La ley es clara: en 2100 la tumba debe ser sellada y borrada de la memoria; pues el peligro que Onkalo encierra, no se ve, no se huele y no se siente.

Esto es solo un medio, el mejor que han encontrado. Cuando se trata de encontrar soluciones a cien mil años la mejor es pésima. Pero nuestra vida es breve y por tanto nuestras preocupaciones cortoplacistas. El debate nuclear se disputa en otro campo, mucho menos solidario: la peligrosidad de la energía atómica. Un debate más efímero: hoy sobre Fukushima, ayer sobre Chernobyl, mañana…

Efímero, un término que no puede aplicarse a sus residuos.

La hipoteca nuclear es cara, muy cara. Decenas de miles de años de intereses, por apenas unas décadas de energía. Es como comprar una casa, venderla, y esperar que 1.300 generaciones después tus herederos sigan pagando la deuda. “Es nuestra única opción” quizás lo sea, no lo sé; pero me gustaría pensar que junto a la nota de disculpas un humanoide del futuro leerá: “Nos dimos cuenta a tiempo. Lo tomamos como tema prioritario. Dedicamos gran presupuesto en investigación. Sustituimos la energía nuclear por una limpia en residuos. Gracias a ello no tuvimos que construir más Onkalos”.

Fuente: http://www.cuantaciencia.com/

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