LOCURAS DEL MUNDO ANIMAL
El candirú, un pez de unos seis centímetros de longitud que vive en los ríos de Sudamérica, es el único parásito vertebrado del hombre. Se introduce por los orificios naturales de los bañistas y, una vez dentro, se engancha al organismo con unas púas que le salen de la piel, produciendo tremendos dolores en las personas afectadas.
Los erizos ven todo de color amarillo.
El pez abisal Chauliodus, que vive a una profundidad de 2.200 metros, tiene en el interior de la boca una especie de letrero luminoso con 350 puntos de luz, con los que atrae a sus presas.
En un gran lago de Bélgica se vio una bandada de libélulas que abarcaba una extensión de 170 kilómetros cuadrados. A su paso por Amberes la nube de insectos interrumpió el tráfico durante horas.
Aunque sus ojos relucen en las tinieblas, los gatos no pueden ver en la oscuridad. El brillo se debe a que reflejan la escasísima luz ambiental por medio de una membrana llamado tapetum lucidum. También tienen un campo de visión mucho más amplia que las personas, y son muy
sensibles a la luz ultravioleta, lo que les permite distinguir cosas que un hombre jamás vería.
Durante el día, los gatos ven mucho peor que nosotros.
Hay en Edimburgo un monumento dedicado a un perro llamado Bobby, tan fiel a su amo -un pastor llamado el viejo Jock- que a su muerte permaneció junto a su tumba durante catorce años.
Quienes visitaban el cementerio jamás vieron al animal alejarse de la sepultura.
Mucho antes de que se produjera la gran erupción volcánica de 1902 en la isla Martinica, todos los animales huyeron despavoridos hacia las playas. Muchos, como alocados, se precipitaron al agua. Unas horas más tarde, la lava volcánica arrasó la ciudad de Saint Pierre y se cobró cerca
de 30.000 víctimas.
En el mar de Benda, en el sudeste del Archipiélago asiático, los pescadores emplean como cebo infalible el órgano fosforescente que cortan a un pez llamado Anomalops, ya que el apéndice sigue iluminado unas horas después de haberse arrancado.
El cangrejo gigante de la especie Macrocheira kaempfferi, que habita en las profundidades de los mares de Japón, puede dar con sus largas patas pasos de hasta tres metros.
Algunos rotíferos, unos seres microscópicos, son capaces de permanecer aparentemente
muertos durante años. En una ocasión se llegó a esperar 22 años para ponerlos en una gota de agua. Casi instantáneamente, el animalito chupó ansiosamente el líquido, se infló y comenzó a nadar como si nada hubiera ocurrido.
En 1861, un barco francés rescató de las aguas de Tenerife un trozo de pulpo gigantesco.
Según calcularon los expertos, el animal entero debía medir más de seis metros y pesar dos toneladas.
En 100 litros de agua de mar habitan 77 millones de microorganismos vegetales, 1.600.000 protozoos y 17.000 seres fluctuantes, como peces, algas superiores, medusas, pólipos, corales…
El prestigioso psicozoólogo vienés, K. E. Schneider cita en una de sus obras la facultad de hablar de un perro de las cercanías de Zeitz, al que su amo le había enseñado a decir su nombre, Aniel, y además las palabras sí, no, hueso, cerveza y silencio.
En el año 1879, las termitas se comieron por completo un barco de guerra amarrado en el puerto de El Ferrol.
Cada chinche, habitante de las camas, puede originar en dos años 40.000 huespecillos indeseables.
La salamandra siberiana Hynobius keyserlingi sobrevive a temperaturas inferiores a -35º C.
En 1874, tras la inauguración de la línea de ferrocarril Union-Pacific, más de 5.000 cazadores de Kansas City se trasladaron a las grandes praderas para aniquilar bisontes. En el verano de 1874, más de 2.000 cazadores salían diariamente a dar caza a estos bóvidos en las proximidades del río Rickaree. La marca diaria de estos sanguinarios cazadores era de 60 bisontes por hombre,
y unos 1.200 por temporada. A pesar de que no era aprovechable la carne ni la piel de estos animales, un equipo de dieciséis cazadores llegó a abatir 25.000 ejemplares en un año.
Los loros fueron para Colón unos fieles rastreadores. Según el padre Las Casas, en la madrugada del 6 al 7 de octubre de 1492, Cristóbal Colón entabló una airada discusión con Pinzón sobre el rumbo a seguir. Este último quería continuar hacia Poniente, lo que le hubiera
conducido a descubrir Norteamérica, mientras el almirante quería orientar la nave hacia Sudoeste, es decir, en dirección a las Antillas. Finalmente, la discusión quedó resuelta por una bandada de loros que aquella noche volaban dirección Sudoeste. Según Colón “donde hay
papagallos, hay oro”.
Tal es la agudeza visual del león, que consigue percibir a sus presas hasta una distancia de un kilómetro y medio. Pero el récord lo ostenta el halcón, que es capaz de avistar un suculento manjar con la misma nitidez que un ser humano equipado con unos prismáticos de nueve
aumentos.
El lagarto de la especie Varanus salvadori, que habita en Nueva Guinea, y es el más grande del mundo, alcanza los 5 metros de longitud.
Las pardelas colicortas, Puffinus tenuirostris, aves marinas parecidas a las gaviotas, realizan un viaje migratorio de 35.000 kilómetros,
Algunas moscas, como la llamada verde metálica, son capaces de medir la velocidad del viento con sus antenas. Si la velocidad supera los 2,5 metros por segundo, la mosca se mantiene en tierra, ya que si despegara en estas condiciones climatológicas sería arrastrada por el viento.
Una mañana de mayo de 1942, las sirenas de alarma antisubmarinas de la bahía de Chesapeake -la entrada hacia Washington- alertaron a los destructores y buques de vigilancia de ruidos submarinos, como si una flota de guerra hubiese cercado las posiciones norteamericanas.
Los culpables eran los 300 millones de peces tigres croadores, que todos los años acuden a desovar en la bahía, emitiendo su rítmico bub-bub-bub-bub.
La hiena manchada, para demostrar a sus compañeros que la presa que está dejando en los huesos le pertenece en exclusiva, coloca montoncitos de heces a su alrededor.
Dos investigadores israelíes han descubierto que los excrementos de los caracoles de la especie Euchondrus albulus, de hábitos nocturnos y que se alimentan de líquenes, son unos potentes fertilizantes del desierto.
Los murciélagos de Indonesia, los más grandes del mundo, llegan a alcanzar el medio metro desde el morro a la cola, y tienen una envergadura con las alas desplegadas que llega a 1,9 metros. Afortunadamente, estos monstruos voladores sólo se alimentan de frutos.
Los zoólogos han descubierto que los mamíferos, aves y peces más veloces que existen miden todos un metro aproximadamente.
Los hipocampos, o caballitos de mar, machos son los que traen los hijos al mundo. La hembra agrede sexualmente a su compañero, y deposita los huevos en una especie de bolsa. El hipocampo papá produce una especie de placenta y alimenta a las crías.
Se ha descubierto que los elefantes pueden comunicarse a grandes distancias emitiendo unos sonidos infrasónicos, inaudibles para el oído humano.
Los primeros pollos fueron domesticados en China hace unos 6.000 años. Luego se introdujeron en Corea y Japón.
El premio Nobel Niko Tinbergen tenía junto a una ventana del salón, un pez en una pecera que amenazaba a todas las camionetas rojas de correos que pasaban. El pez era un gasterósteo macho, animal que ataca instintivamente a otros machos, a los cuales identifica por el color rojo
de su pecho. En realidad, estos peces se echan encima de cualquier cosa rojo que se mueva.
Los machos de ciertos gusanos acantocéfalos -parásitos que viven en el intestino de animales como las ratas- tras copular con la hembra segregan una sustancia cementante que tapona la vagina. El cemento sirve obviamente para que los espermas no se salgan, y para evitar que otro
gusano pueda copular con su compañera. Pero lo más curioso de estos animalitos es que, cuando compiten por una misma hembra, el más fuerte tapona con cemento los órganos genitales del competidor.
Un león, el animal de mayor actividad sexual del mundo, puede copular con la misma hembra cien veces al día.
Con sus aullidos, el jefe de una manada de lobos consigue convocar a una cacería a otros lobos situados a más de 20 kilómetros.
La agresividad sexual de la rana-toro macho es tal que se aparea con todo aquello que se mueve.
Se sospecha que los canguros pueden suicidarse por pena, al igual que los perros cuando pierden a su amo. En 1989, una hembra de canguro murió repentinamente en un zoológico de Brescia, Italia. Una semana después, su compañero se tiró al barranco que separaba los animales del público, y resultó muerto.
Todos los inviernos, unos mil buitres se reúnen en el parque nacional de Gettysburg, en Estados Unidos, pero nadie sabe por qué. Los investigadores han apuntado que la explicación esté posiblemente en la sangrienta batalla ocurrida allí en 1863. Más de 50.000 hombres yacían
muertos o heridos en la zona. Los buitres pudieron sentirse tan atraídos por la gran cantidad de carroña como para volver allí año tras año, y pasar esa costumbre a sus descendientes.
Los indios Pies Negros usaban los perros como bestias de carga, antes de que los conquistadores importaron los primeros caballos a América.
En Nueva Guinea los cerdos están tan mimados que, según Margaret Mead, “adquieren todas las costumbres de los perros: agachan la cabeza cuando se les regaña, se aprietan contra el amo para recobrar su favor, etcétera”. Este cariñoso trato no impide a los dueños matarlos y
comérselos, como ocurre en otros países.
No sólo los pájaros emigran. Las tortugas verdes sudamericanas nadan cada año casi 2.500 kilómetros hasta la isla Ascensión, un punto en el Atlántico que apenas tiene ocho kilómetros de ancho.
Las cebras no son blancas con rayas negras, sino negras con rayas blancas.
Durante el eclipse de sol del 27 de febrero de 1979, que fue visible en Norteamérica, las gallinas se pusieron a poner huevos a un ritmo frenético.
Cada oso pardo se adjudica un trozo de bosque que abarca unos 40 kilómetros cuadrados.
Un escarabajo Goliat puede llegar a pesar 100 gramos.
La hembra del gusano marino de la especie Bonellia viridis pesa 100 millones de veces más que el macho.
Rachel Flynn, de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, salvó su vida en 1980 gracias a una gaviota. Cuando paseaba por la playa, resbaló, cayó desde una altura de diez metros, y su cuerpo quedó tan magullado que apenas podía moverse. Al cabo de un rato una gaviota se posó sobre su pecho. Rachel creyó que era una de las que ella y su hermano daban de comer a menudo en su casa. Desesperada, le pidió que fuera a buscar ayuda. El animal voló hasta la casa de su hermana y, según testigos presenciales, golpeó insistentemente con las alas y el pico en una ventana. Al final, la mujer comprendió que la gaviota quería transmitirle algún mensaje. Así fue; el ave le condujo hasta donde yacía Rachel.
Una concha de la almeja gigante Tridacna gigas, que vive en los océanos Índico y Pacífico, llega a pesar 300 kilos.
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5 abril 2009 en En Internet | tags: De lo que me mandan, En Internet |